Es una técnica para tratamiento de radioterapia, que permite modular la intensidad del haz de radiación, es decir, ajustar la fluencia de fotones para que lleguen con mayor o menor intensidad, a las diferentes regiones irradiadas según sea conveniente. Permite alcanzar mayor dosis en los volúmenes blanco (tumor y/o áreas comprometidas), minimizando la dosis en los órganos sanos. Esta técnica requiere la utilización de imágenes tomográficas específicas para realizar la planificación de tratamiento mediante un sistema computarizado (TPS). Para la planificación, se definen los volúmenes de tratamiento en las imágenes tomográficas, a los cuales se les asigna objetivos de dosis que deberán ser cumplidos en el proceso computarizado de optimización (planificación inversa). Se utilizan, también, imágenes de tomografía y/o resonancia magnética y/o PET-CT pre operatorias, para realizar fusión de imágenes en caso de ser necesario. Con estas herramientas, se delimitan los volúmenes de tratamiento así como también los órganos sanos en el sistema de planificación. Una vez finalizada la optimización, el equipo profesional multidisciplinario, formado por médicos, físicos y dosimetristas, evalúan los histogramas de dosis vs. volumen para determinar si los objetivos de dosis fueron alcanzados. Si esto no fue así, se hará un nuevo planteo de optimización que será nuevamente evaluado hasta obtener la configuración de tratamiento deseada o la más adecuada según las posibilidades.